A día de hoy disponemos en el mercado de innumerables sistemas de seguridad orientados a viviendas. Para el usuario medio, resulta complicado distinguir entre lo que realmente aumentará su seguridad y lo que no, ante toda la oferta disponible. A menudo opta por productos de moda, sistemas recomendados por amigos o vecinos, o, simplemente, por la solución que más bombardea con publicidad.
En este artículo nos gustaría hablar de algunos de esos sistemas que cada vez se instalan más, pero que no son seguros o no son los más adecuados en la mayoría de los casos.
Cerraduras invisibles
Las cerraduras invisibles son uno de esos productos que vemos anunciado como el no va más de la seguridad, debido a que desde el exterior no hay ninguna cerradura que se pueda manipular.
¿Cuál es el problema con estas cerraduras? Su principal debilidad es que no ofrecen demasiada resistencia física, ya que van sobrepuestas y es relativamente sencillo abrir la puerta mediante apalancamiento o incluso con ataques moderadamente violentos. Por otro lado, también existen plantillas que permiten abrir la cerradura realizando un pequeño orificio.
Además, las cerraduras invisibles tienen otra debilidad: no se puede garantizar la incopiabilidad de los mandos ni la no interceptación y clonado de código de los mismos. En algunos casos, en función del fabricante, es incluso relativamente sencillo.
Cerrojos de sobreponer
Otra solución que se vende como “buena, bonita y barata” son los cerrojos de sobreponer, que en los últimos años han proliferado como segundo punto de cierre para viviendas.
No queremos decir que los cerrojos de sobreponer no funcionen; un ladrón siempre prefiere enfrentarse a un solo punto de cierre, en lugar de a dos. Pero antes de colocar una cerradura de sobreponer es recomendable reforzar la cerradura principal con un bombillo antibumping y un escudo acorazado.
Adicionalmente, podemos añadir una segunda cerradura; nuestra recomendación es que sea embutida. Pero si las características de la puerta o el presupuesto no lo permiten, entonces valoraremos colocar un cerrojo de sobreponer.
Es importante elegir un cerrojo anti-bumping, como el Cerrojo SAG EP40, que incorpora un bombín Kaba Expert Plus, o el Cerrojo SAG EP30 que, aunque algo más complejo de instalar, es lo más parecido a una cerradura de alta seguridad y además permite la instalación de un bombín normalizado europerfil que permite la futura actualización.
Cadenas y retenedores
Las cadenas y retenedores para puertas proporcionan una falsa sensación de seguridad, ya que parece que podemos comprobar la identidad de la persona que está al otro lado de la puerta o mantener una conversación sin peligro.
Pero la realidad es que estos sistemas son fáciles de abrir tanto con métodos de habilidad como por la fuerza, por lo que no suponen una protección real.
¿Qué proponemos en su lugar? El uso de una mirilla digital, que, especialmente en el caso de personas mayores o con dificultades visuales, facilite la identificación de personas sin necesidad de abrir la puerta.
Alarmas de seguridad
Estás pensando que nos hemos vuelto locos, ¿verdad? ¡En Sukot no recomiendan las alarmas de seguridad! No, para nada. Nosotros mismos instalamos alarmas para nuestros clientes y jamás venderíamos algo que consideráramos inseguro.
El problema con las alarmas es que no siempre son la mejor opción para aumentar la seguridad de una vivienda y que ciertas empresas se valen del miedo para vender a diestro y siniestro, sin evaluar cuáles son las necesidades reales de los usuarios.
Las alarmas de seguridad nos avisan cuando un ladrón ya ha entrado en nuestra vivienda. A partir de ese momento, se activa un protocolo en la Central Receptora de Alarmas para realizar las comprobaciones necesarias antes de avisar a la policía. Es decir, al menos pasarán 15 minutos hasta que la policía llegue.
Nosotros siempre recomendamos que lo primero que debemos hacer es impedir la entrada a nuestra vivienda mediante seguridad física. Es decir, contar con una cerradura, bombín y escudo de seguridad adecuados, instalar una segunda cerradura si es necesario e, incluso, cambiar la puerta por una de seguridad.
Si, además, por el nivel de riesgo, necesitamos una alarma, existe una opción interesante: la detección anticipada. Este sistema detecta el intento de intrusión en la vivienda mucho antes de que el ladrón consiga entrar, ahuyentándolo ante la perspectiva de tener que seguir “trabajando” para penetrar en la casa mientras una fuerte alarma está sonando y el propietario es avisado por el sistema.
Disponemos de escudos con detección anticipada, que, además de alertar, ofrecen protección física frente a ataques con herramientas eléctricas. También existen membranas que protegen marcos de puertas y ventanas de ataques con palancas o de la técnica del tarjetazo.
En definitiva, antes de adquirir cualquier sistema de seguridad, es recomendable consultar con un experto en seguridad cuáles son las necesidades reales y cómo protegerse de verdad, en lugar de dejarse llevar por productos de moda o por publicidades agresivas.